INTERNOS DE CERESO DE NAVOJOA SON BIEN ATENDIDOS

POR MARTIN ROBERTO VEGA ENCINAS
            La otrora cárcel de Tetanchopo hoy es otra cosa en todos los sentidos, cuyos cambios se han estado dando desde que el reclusorio pasó a ser Centro de Readaptación Social a cargo del Gobierno del Estado, en la administración de Armando López Nogales, permitiéndose desde ese tiempo el paso a un mejor nivel de vida a los reclusos.
En esta jornada de mejoramiento, se anotan como logros un consultorio médico y dental, totalmente equipados y área de atención inmediata con encamados, asimismo, los servicios de promoción al deporte y la cultura, además de las clases de ISEA donde figuran los niveles de primaria, secundaria y hasta preparatoria, sin contar que también existen grupos de apoyos de A.A., Pastoral Penitenciaria Católica y de otras religiones.
Las asesorías psicológicas, de manera individual y grupal son solo una parte de una serie de atenciones a los internos donde sobresalen las clases de computación, guitarra popular y teclado, además de la proyección de películas religiosas y de valores a favor de la jornada por la verdadera reinserción del mismo.
            En esta cruzada, Sergio Antonio Bustamante Durazo director del Centro de Readaptación Social (CERESO ha impreso especial atención en todos los renglones antes mencionados, sobre todo porque desde su llegada en el mes de diciembre a la fecha ha ido intensificando los cambios tanto a la imagen de este centro carcelario, como al comportamiento del personal administrativo, custodios y los propios reclusos.
Por su gestión ante amigos, más que con dinero, a logrado sacar adelante trabajos de pintura en interiores y exteriores del penal, así como la construcción cubículos de revisión corporal en la entrada del centro, y la de escalinatas laterales en esos accesos, además de la rampa de acceso con malla sombra para familiares y sin escaleras para minusválidos.
            Esta cruzada la realiza conjuntamente de la mano de la sociedad, donde figuran apoyos de empresarios y navojoenses comprometidos con el municipio, quienes contribuyeron con materiales y cuyas labores de construcción son realizadas por los propios internos.
Todo esto es un gran logro, pero en esta batalla el renglón no menos importante es sin duda lo es el de la alimentación que no podría ser la excepción.
Y es que lejos de haber quejas de mala alimentación en el CERESO, como fue la mística de la historia de cada día durante muchos años luego de su creación como cárcel municipal en el año de 1961 por el gobernador Álvaro Obregón Tapia, siendo presidente municipal de Navojoa don Gerardo Campoy Gil, hoy se puede presumir que en este lugar se come bien.
Los reos comen como verdaderos seres humanos, pues el menú que se ofrece semanalmente en este reclusorio es muy variado, según el encargado del área de cocina, Francisco Javier Gastélum Leyva.
Cada lunes los reclusos desayunan huevo con Bolonia y verduras y otros días se les combina con avena, maicena, crema y arroz con leche.
Entre  las comidas se contemplan los caldos de pollo, tipo barbacoa, carne de puerco con chile, ensalada de sopa, arroz, frijoles con su agua fresca y el  martes comen carne molida acompañada con fríjol, sopa y agua fresca.
Es un menú previamente detallado y organizado por los nutriologos, quienes en el programa para el miércoles incluyeron caldo en pollo, con arroz, calabaza, zanahoria, papas y muchas otras verduras.
El jueves no es día malo, porque se guisa cocido con costillas con carne,  repollo, papas, zanahoria y garbanzo; en tanto que para el viernes  se contempla menudo con su patita y su nixtamal, con chile verde y todos sus ingredientes.

Según decir de Gastélum Leyva cuando ingresan al reclusorio llegan hostigados en su mayoría, “llegan aquí y se recuperan, se van bien reportados”, aseguró el encargado de la cocina quien participó que son los días martes de cada semana que llega al Cereso más de una tonelada de alimentos y productos que manda el Sistema Estatal Penitenciario de la ciudad de Hermosillo.
            Todo esto es una metodología en donde figura el almacenaje, la distribución y control sanitario de cada uno de los productos alimenticios, perecederos y no perecederos, porque todo lo hacen los propios reclusos, tanto los que reciben, almacenan y distribuyen, como los que cocinan los alimentos.
            Tenemos instrucciones del director Bustamante Durazo de recibir cada martes alimentos frescos y de calidad, y de regresar los productos que no cumplen con esa premisa, porque aquí se alimenta a más de 300 seres humanos con los mismos derechos de todos, asentó.
            En este tenor, el área de cocina no puede ser la excepción, y es que es ahí donde se preparan los alimentos que consumirán los internos, alimentos mejor elaborados, alimentos con más y mayor calidad.
Ahí funciona un extractor que se fabricó a través de contribuciones de diferentes materiales que lo conforman y cuya actividad estuvo a cargo del administrador Javier Gastélum, ya que lo único que mandaron de Hermosillo fue el motor del equipo de extracción de aire.

Aunado a todo esto, es de observar que igualmente en el interior del reclusorio funciona una tortillería que se instaló también hace pocos años, la cual es operada por tres reclusos, quienes al conjuntar esfuerzos como lo hacen los cocineros que transforman los víveres y productos en sabrosos alimentos, hacen que los internos del CERESO están bien y sabrosamente alimentados.