+.-Alferes, Parina y Alawasi Yowe, evocan a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, la "Santísima Trinidad"
+.- Julián Cantúa Valenzuela; Socorro Osuna Sol;
José Ramón Castro Moroyoqui, Carlos Rodrigo Valenzuela; Mario Uzeta López y
Flor Mireya Escalante Mendoza, además de Patricia Gocobachi Romero, se calificaron como
privilegiados por Dios por ostentar dichos cargos de “Fiesteros Tradicionales”
POR MARTÍN ROBERTO VEGA
ENCINAS
Los
fiesteros mayos, son quienes tienen a cargo la organización de las festividades
tradicionales de Semana Santa 2015.en las comunidades indígenas de los 8
pueblos mayos, por lo que en Pueblo Viejo, estos Yoremes trabajan con fe,
voluntad y entrega.
Ellos (los fiesteros) se denominan según sus cargos, al
mayor Alféres y a los menores Alawasi y Parina, cuyos nombres evocan a Dios
Padre, Dios hijo y Dios Espíritu Santo, respectivamente, quienes juntos
representan a la Santísima Trinidad.
Julián Cantúa Valenzuela; Socorro Osuna Sol; José Ramón
Castro Moroyoqui, Carlos Rodrigo Valenzuela; Mario Uzeta López y Flor Mireya
Escalante Mendoza, además de Patricia Gocobachi Romero, se calificaron como
privilegiados por Dios por ostentar dichos cargos.
“Porque servir a Dios en la tribu, es un honor”, coincidieron.
En entrevista, revelaron que Alférez Yowe o Mayor, significa “Alabanzas sean dadas a Dios Padre Rey de la Gloria”, cuyo cargo que ostentan en la Tribu Mayo de Pueblo Viejo, Cantúa Valenzuela y Osuna Sol, son de mayor responsabilidad como organizador de la Fiesta de Cristo 2015.
“Además
de Socorro Osuna, yo soy uno de los brazos fuertes del Cobanaro Esteban Jusacamea
Yocupico y nos encargamos de guiar, enseñar y dirigir a los otros 22
fiesteros”, participó el vecino de San Ignacio Cohuirimpo, quien a sus 38 años
ya lleva 8 de fiestero y uno de mayor.
“Somos
24 fiesteros y cada uno cooperamos con mil 800 pesos para sacar una bonita
fiesta, donde el castillo sale en mas de 20 mil pesos y hay otros gastos como
los oficios (pasckolas, venados, maestros y músicos étnicos), así como la
compra de huaraches, y ropa nueva para el servicio, y lo demás para completar
la fiesta lo pone el cobanaro Esteban Jusacamea”, reveló quien a la edad de 8
años fue presentado en esta tribu por su papa Hilario Cantúa, fiestero de esos
tiempos.
El
fiestero quien cuando no está en la tribu trabaja de albañil fontanero en el
municipio, y quien ya vive solo porque hace años perdió a su hermano Nicolás,
dijo sentirse feliz por andar en estas festividades.
“Aquí
se requiere primero que nada, tener fe, porque es a Cristo Jesús a quien
servimos, que asistan puntuales los fiesteros los domingos aquí a la ramada a
las 11:00 horas para tomar acuerdos”, invitó sin dejar de tomar con su mano el
rosario de bolitas negras con quien saludaba a los fiesteros que iban llegando.
Este es el rosario de la virgen María, aunque nosotros somos fiesteros de Cristo los portamos, asentó quien luego de esta fiesta el sábado de Gloria entregarán el rosario para recibir el de María ya que se apuntó para ser fiestero de la madre de Cristo.
Esta,
abundó, es una gran responsabilidad que implica sacrificio porque además de que
dejamos la casa, de día sufrimos calor y de noche frío, aseguró quien solicitó
a los otros fiesteros la apoyen y a la comunidad Yoreme y sobre todo impulsen la
tradición.
Por
su parte, Osuna Sol, de 38 años y vecina de Guaymitas, quien es apoyo de Cantúa
Valenzuela como Alferes Yowe, coincidió al manifestar que fue su mamá Florencia
Sol Borbón y su papa Ignacio Osuna García quienes desde pequeña la trajeron a
la Iglesia de San Juan Bautista.
Desde
entonces me quedé y aquí estoy sirviendo muy a gusto, me siento feliz por esto
que considero una gran herencia de mis padres, dijo quien ya a los 18 años
empezó como san guanera, luego llegó a fiestera de San Juan 4 veces y este que
es la primera vez que le sirve a Cristo, a quien ofrece su servicio además de
sus padres por sus hermanos Ignacio y Reinaldo Osuna Sol, de 39 y 22 años de
edad.
Socorrito
Osuna dijo sentir orgullo, emoción, gusto al servir en estas que son
tradiciones del pueblo, “muchas veces es gasto, pero me gusta seguir impulsando
la tradición, es cuestión de administrarse bien y ayudar a conservar la
tradición, soy parte de ella y quiero que nunca muera, que la gente le tome
importancia a esta realidad, a esta fe que además es tradición, fe, vida y vida
de cristo como nos indica la Biblia”, aseguró.
Nosotros
nos parecemos a Jesús, porque la gente de aquel tiempo no le entendía, así
dicen de nosotros, los indios para acá, y los indios para allá, pero no conocen
nuestra realidad que es vivir en la misma fe, también somos católicos, aseveró.
En
tanto, Castro Moroyoqui, Alawasi Yowe, de 18 años y vecino de Capohuisa,
coincidió al participar que trabajar en esta fiesta es un gran honor.
Estoy
contento con mis papás Vicente Castro Ayala y Rosa Martha Moroyoqui Ramírez,
porque me trajeron a un mundo muy diferente como lo es la etnia mayo y sus
tradiciones, es como vivir en medio de un gran tesoro, porque todo encierra a
dios y sus santos, ahí está san Juan Bautista, citó.
Vine
a este lugar desde los 6 años y luego, luego me pusieron de sanjuanerito,
recuerda, quien además ha figurado como cajero de la campaña de San Juan,
Santero Mayor (quien porta en sus brazos a san Juancito), además de 6 años y
chicolero mayor).
Recordó que en aquél tiempo de mi niñez sentía mucho dolor de huesos y no se me podían quitar, tenía fiebre y entonces mis papás prometieron, me ofrecieron a dios y a San Juan Bautista, y pues, aquí estoy cumpliendo, viviendo a gusto, feliz y contento, lo haré, hasta que dios me preste vida, asentó quien también ofreció su servicio por sus hermanos Maxi, Crisanto y Santa.
Explicó
que el cuero de zorrita que porta en su cintura, es el símbolo del sacrificio e
identificación como don de mando, “queremos seguir apoyando la tracición aun en
mi juventud, quiero que los jóvenes la conozcan y les recomiendo que no usen
drogas, no roben y si estudien”, puntualizó.
Por
su lado, Carlos Rodrigo Valenzuela Parina Yowe, de 28 años, domiciliado en
Tetanchop, coincidió al dar a conocer que se siente contento por ser uno mas
que impulsa la tradición que es rica en cultura y fe.
Mario
Uzeta López, de 58 años de edad, y originario de El Fuerte Sinaloa, coincidió
al participar que él solo se acerco a la etnia para saber más de la tradición,
“son dos años que llevo aquí ya con cargo primero de San Juan y este es mi
tercero como fiestero de Cristo, soy maestro jubilado y mi curiosidad por saber
mas me tiene aquí, me invitó mi amigo Juan Padro Hollman López y aquí estoy,
aprendiendo mas cada día, sostuvo el fiestero mayo.
Invito
a respetar y a que la gente se interese mas por esto que es muy de los
navojoenses, también pagué mil 700 pesos, lo doy con gusto, lo vivo con fe, es
algo similar a la iglesia católica, muy bonitas actividades cuando se hacen con
respeto, dijo quien asegura que seguir apoyando en lo que se pueda, “esta es mi
familia”, asentó.
Flor
Mireya Escalante Mendoza, de 16 años con cargo ya de Alawasi Yowe, hizo saber
que ella llegó desde pequeña a la tribu, cuando sus papás Jesús Gonzalo
Escalante Vega y su mamá Guadalupe Mendoza Valenzuela la presentaron ante los
fiesteros más viejos.
Siempre
he participado en todas las campañas, me gusta estar aquí, le tomo respeto a
todo esto, ando aquí por promesa porque de niña me descompuse un pie cuando mi
papa me llevaba en la bicicleta, metí los pies a los rayos de la llanta y me
hice heridas que posteriormente s eme infectaron al grado de estar a punto de perderle, pidió mi padre a Cristo y aquí estoy, caminando con mis dos pies en
su servicio, aseguró quien además es fiestera de la virgen María.
Patricia Gocobachi Romero, de 44 años de
edad, de Guaymitas, con cargo de Fiestera, tiene un año en Pueblo Viejo, pero
ya ha sido fiestera de la comunidad de Tetapechi, Tesia y otros poblados,
siendo su tío arpero (músico étnico), y lo hace para conocer mas de la
tradición, “cada pueblo hace las cosas diferentes, pero la fe es la misma, de
este pueblo me gusta su unidad, debe seguir todo así”, formuló quien dijo que
seguirá siendo parte de la etnia.
Cuando
voy en el Conti siento una gran alegría, porque me imagino a Jesucristo cuando
anduvo en la tierra, lo hago por promesa por mi sobrino Jesús Ángel hoy de 7
años cuando de meses convulsionaba entonces se lo ofrecí a dios y se alivió,
hasta la fecha no ha tenido quebrantos de salud, dios sana, salva y aquí nos
tiene, puntualizó quien dijo que su labor también la ofrece por sus hijos
Bartola Valenzuela y Cecilia Angelina, de 25 y 24 años de edad.